LA CONVERGENCIA DE INJUSTICIAS

Artículo de opinión de Stop Ecocidio Internacional

Cualquier persona que viva en el así llamado "primer mundo" que no esté revisando su identidad, privilegios y prejuicios en estos momentos o bien no esté protestando contra la violación de los derechos de los demás, simplemente no está prestando atención. Lo que está sucediendo es una situación bastante extraordinaria y muchos argumentarían que se produce con un retraso de décadas, si no siglos.

Si bien esta forma precisa actual de horror y de crisis y de despertar era imposible de predecir, ¿Nos debería sorprender que la injusticia ecológica, sanitaria, social y racial a las que se ha dado la espalda, e incluso han sido silenciadas violentamente, hayan convergido para hacerse visible a la vez?

Todo está conectado. Todos estamos conectados entre nosotros y con el mundo en el que vivimos. Somos participantes interdependientes en un intercambio mutuo de energía ineludible y continuo. Debería ser algo precioso. Las voces indígenas nos han estado diciendo esto durante mucho tiempo.

Pero más de dos milenios de pensamiento dualista (ideal versus real, espiritual versus terrenal, razón versus naturaleza) nos han llevado a una mentalidad de separación tan profunda que un pequeño número de personas se siente capaz de tratar tanto a la naturaleza como a otras personas como un recurso infinito... y la mayoría ha sido subyugada o bien se les ha lavado el cerebro para que consideren este estado de cosas como inevitable o deseable.

Sabemos que las raíces del ECOCIDIO (el daño masivo y la destrucción de la naturaleza) están estrechamente entrelazadas con esta brutal explotación, con el colonialismo y con la profunda incomprensión de cómo funciona realmente el mundo vivo.

Sabemos que, como resultado, el ECOCIDIO se ha convertido en la base material de todo el sistema económico global.

También sabemos que esto se puede cambiar.

En Stop Ecocidio nos centramos en una sola cosa: convertir el ECOCIDIO en un crimen internacional. Nuestros simpatizantes financian el trabajo diplomático, legal y de sensibilización para que esto sea posible. Creemos que es una pieza fundamental de la normativa para proteger, algo que podrá implementarse se forma sencilla dentro de los sistemas existentes y que señalará un cambio profundo en el marco operativo de la humanidad.

Sabemos que criminalizar el ecocidio no arreglará todo. Pero también sabemos que es un puente hacia un mundo habitable. Si no hacemos esto, hay pocas esperanzas de que las prácticas tóxicas de los combustibles fósiles, de la extracción de minerales, de las industrias agrícolas y de las fábricas – prácticas que perpetúan las peores atrocidades a los derechos humanos y al medio ambiente y que suponen la mayor amenaza para la estabilidad climática – se detengan a tiempo, si es que se paran.

Nos solidarizamos con Black Lives Matter (La Vidas Negras Importan) y con todos los valientes protectores de la justicia para las personas y para el planeta.