Ursula Lopez Moreira Ursula Lopez Moreira

A raíz del derrame de petróleo ocurrido el pasado 15 de enero en las instalaciones de la Refinería 'La Pampilla' en Perú, propiedad de la empresa española Repsol, y que ha contaminado gran parte del litoral peruano provocando graves daños medioambientales y afectando directamente a cientos de familias, desde el Gran Consejo del Águila y el Cóndor han realizado una carta abierta dirigida a Repsol y al gobierno peruano, para expresar su rechazo y profunda indignación por el daño ambiental causado.

CARTA ABIERTA DEL GRAN CONSEJO DEL ÁGUILA Y EL CÓNDOR A REPSOL Y EL GOBIERNO PERUANO

A raíz del derrame de petróleo ocurrido el pasado 15 de enero en las instalaciones de la Refinería 'La Pampilla' en Perú, propiedad de la empresa española Repsol, y que ha contaminado gran parte del litoral peruano provocando graves daños medioambientales y afectando directamente a cientos de familias, desde el Gran Consejo del Águila y el Cóndor han realizado una carta abierta dirigida a Repsol y al gobierno peruano, para expresar su rechazo y profunda indignación por el daño ambiental causado.

En dicha carta recriminan la actitud de Repsol, que declaró no ser responsable del desastre ecológico, y exhortan al Gobierno del Perú a que,  “con todo derecho nacional e internacional, exija la restitución medioambiental en condiciones iguales o mejores a las pre existentes al derrame y la restitución económica a las personas afectadas directa e indirectamente,” como la manera de resarcir tanto daño y dejar precedente internacional frente a estos atropellos de forma que sirva también para reforzar “el delito de crimen de la madre naturaleza o ECOCIDIO.”

Así mismo, Maite Mompó, Directora de Stop Ecocidio en habla hispana, ha remitido igualmente una carta abierta al Director Ejecutivo de Repsol en España, para pedirle que “tome en serio la prevención de accidentes y que, en el supuesto de que éstos sucedan, la respuesta inmediata sea contundente para minimizar el daño y, además, se restaure en todo lo posible el ecosistema dañado.
Queremos comunicarle que, en los tiempos que vivimos, ya no es éticamente aceptable causar un grave daño extenso a la naturaleza, es decir, un ecocidio, en ningún lugar del planeta.

A continuación, el texto completo de la carta del Gran Consejo del Águila y el Cóndor:
(si no visualizas el documento a continuación, puedes acceder directamente AQUÍ)

Leer más
Ursula Lopez Moreira Ursula Lopez Moreira

A raíz de la 3ª sesión del cinefórum sobre el ecocidio en Argentina, Facundo Herrero y Félix Herrero nos dejan esta breve reflexión sobre el fracking y sus nefastos impactos.

LA CABALGATA DEL FRACKING

Por Facundo Herrero* y Félix Herrero**

En nuestro lenguaje popular latinoamericano, referirse a la cabalgata de los cuatro jinetes apocalípticos es hacerlo a la suma de las catástrofes que llevan a perjudicar seriamente a la humanidad y al planeta en el cual vive.
Estos jinetes montan caballos de pelos distintos. Son la Muerte, el Hambre y la Guerra, y el cuarto jinete es un misterioso caballero que cabalga sobre un equino blanco del que no se sabe bien cuál es el mal que lleva.
En el actual proceso del capitalismo financiero, los caballos apocalípticos están montados por jinetes nacidos en la ceguedad misma del capitalismo y su incapacidad de mantener una mirada largoplacista de la historia. No saben adónde nos llevan.
Sus jinetes son la Transición Energética y el Cambio climático con su ecocidio, la Corrupción generalizada, la Concentración de la Riqueza en personas y naciones, y la Deuda externa, eterna e inmensa para muchas naciones.


El fenómeno que mejor permite ver la muerte, las guerras y el hambre provocadas es la aparición del Fracking, con los inconmensurables daños que conlleva.
No son los únicos peligros que existen en esta organización de la humanidad. Hay otros no menos perniciosos que conforman una tropilla que ayuda a las visiones pesimistas de la actualidad. Pero nos resulta claro cuál es el destino de esta cabalgata: profundizar el ecocidio con el Fracking, el método de extracción hidrocarburífera que destruirá el mundo y a las personas que lo habitan. Hace 15 años mostró su poder destructivo en Dimock (en el Estado de Pensilvania en Estados Unidos), en forma catastrófica por la explosión de un gasoducto en la ciudad provocando la muerte de decenas de personas, pero ahora lo hace de modo más silencioso –no en todos los casos—destruyendo diaria y pausadamente a Estados Unidos y Argentina, que siguen manteniendo y aumentado, contrariamente a las afirmaciones oficiales, su exploración y explotación en la cuenca Permiana en el país del norte y en la formación de Vaca Muerta argentina.

FOTO: Laguna de Calle Ciega contaminada en Allen. Imagen cedida por APCA - Allen (https://apca.noblogs.org/)

Sabemos que el poder frackinero es muy fuerte, pero no invencible. Tan fuente que la propia CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en su reciente declaración, hace abstracción del fracking, presionada por Argentina y Colombia (1).

Pero como afirmó la ex jueza francesa y asesora de Corrupción de la cancillería noruega, Eva Joly, en el último capítulo de su maravilloso libro (2):  se puede vencer a los frackineros. Esperanza que recobra con el análisis luego de creer que no se podía luchar contra las grandes frackineras mundiales.

…………………………………………………………

(*) Ingresante a la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad de Bs. Aires (UBA).
( **) Egresado de la Facultad de Derecho y de la FCE de la UBA.
(1) Declaración de la VI Cumbre de la CELAC, México, 18 de septiembre de 2021. Sobre esta
reunión, ver Carlos A. San Vicente Rodríguez, “La VI Cumbre de la CELAC, una llamarada contra la
hegemonía en América Latina
”.
(2) Joly, Eva (2003), ‘Impunidad. La corrupción en las entrañas del poder’, Fondo de Cultura
Económica, Bs. Aires. La primera edición francesa fue prohibida en ese país: ‘Est ce dans ce
monde-là que nous voulons vivre?
’, Les Arènes, París, 2003.
Otro informe importante referido directamente al fracking es Chemical used in Hydraulic Fracturing (en inglés). Informe de minoría que se mantuvo reservado en nuestros países por denunciar los 750 productos
químicos que fueron utilizados por el fracking en EE.UU. durante los años 2005 a 2009. Dicho informe
fue trabajado en Argentina por el LIc. Juan Pablo Olsson.

Leer más
Ursula Lopez Moreira Ursula Lopez Moreira

Con panelistas de enorme compromiso ambiental, se lanzó la primera sesión de Cinefórum sobre ecocidios en Argentina, titulada ‘Los efectos multilaterales del uso de agrotóxicos’. Poniendo el ecocidio como centro del debate y en plena expansión de la campaña Stop Ecocidio en América Latina, la idea de estos ciclos es, a través del cine, poder conocer, reflexionar e indagar sobre los distintos ecocidios que tienen lugar en Argentina, y en el resto de la región de América Latina.

EL MODELO AGROINDUSTRIAL Y LA CLAVE DE TIPIFICAR EL CRIMEN DE ECOCIDIO

Por Constanza Sofía Soler

Con panelistas de enorme compromiso ambiental, se lanzó la primera sesión de CINEFÓRUM sobre ecocidios en Argentina, titulada ‘Los efectos multilaterales del uso de agrotóxicos’. El segmento, inaugurado el sábado pasado, estuvo dividido en dos partes: un documental reflexivo sobre la temática a partir del documental ‘Andrés Carrasco: Ciencia Disruptiva’ (2019), y luego un nutrido debate entre el jurista español Baltasar Garzón, la directora de la campaña Stop Ecocidio en habla hispana Maite Mompó, el médico y docente Damián Verzeñassi y la periodista y escritora Soledad Barutti, contando con la moderación de la directora del documental, Valeria Tucci.

Poniendo el ecocidio como centro del debate y en plena expansión de la campaña Stop Ecocidio en América Latina, la moderadora inició el debate explicando que “la idea de estos ciclos es, a través del cine, poder conocer, reflexionar e indagar sobre los distintos ecocidios que tienen lugar en Argentina, y en el resto de la región de América Latina.”

Así, la primera en dar su posición respecto a la temática del encuentro, fue Barutti, quien manifestó: “En Argentina pareciera que el agronegocio es el modelo que ganó. En el interior del país encontramos diversas formas de explotación y vemos, sin embargo, el paisaje del triunfo de una conquista bélica. El agronegocio es una forma de ataque bajo la forma de control y máxima explotación. Dominar y liquidar”. Firme en su posición y con fuerte reclamo de una soberanía alimentaria, la autora de ‘Malcomidos’ continuó: “Las armas químicas que usa el campo derivadas de la industria bélica hoy están al servicio de la alimentación. Argentina se posiciona como el país pionero en animarse a avanzar con el trigo transgénico, es decir, tomar el alimento más consumido por la población y modificarlo genéticamente”.

A su turno, el médico especialista en Medicina Integral, Damián Verzeñassi, destacó: “El sistema tecnocientífico aporta a la construcción del ecocidio que nos está llevando a una situación límite como especie y planeta. Las tecnologías han terminado definiendo nuestras vidas. Algunos autores plantean la denuncia sobre cómo las lógicas tecnocientíficas que responden a las grandes corporaciones, han terminado hiper-economizando e hiper-tecnologizando tanto a la naturaleza como a la vida misma”. Con un discurso profundo sobre lo que implica el modelo agroindustrial, Verzeñassi, agregó: “Hemos avanzado, en los últimos años, con máxima velocidad suicida hacia la instalación en nuestros territorios de modos de producción dañinos de la biodiversidad y de los principios que hacen a la vida. Pero esto sólo se hace en algunos territorios porque facilita la limpieza de otros. Es lo que conocemos como la geopolítica de la enfermedad. La enfermedad como forma de dominación de los pueblos a partir del traspaso de las formas de producción contaminantes, dañinas y ecocidas hacia las áreas de descarte o empobrecidas del planeta”.

Finalmente, el especialista, quien no dudó en referirse al momento actual como una “crisis de civilización”, concluyó: “La agroindustria es un arma de destrucción masiva. De la mano de los transgénicos y los agrotóxicos se avanzó en otro proceso tan grave como éste y es el de la destrucción de los montes nativos y bosques que garantizan, entre otras cosas, los procesos de oxígenos”.

Más hacia la arista legal del debate, Maite Mompó dio su posición definiendo qué es un ecocidio: “Es una destrucción grave a un ecosistema de forma que sus habitantes, sean humanos o no, dejan de tener el disfrute pacifico de este ecosistema, es decir, estamos hablando de un daño extenso, generalizado y sistemático a la naturaleza, a las fuentes de vida del planeta”. La coordinadora de la campaña Stop Ecocidio, profundizó sobre la causa que dirige: “Trabajamos para convertir al ecocidio en el quinto crimen universal bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Queremos que ocupe el lugar que le corresponde jurídica y éticamente junto al genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y el crimen de agresión”. Sobre ejemplos claros de ecocidio, la española enumeró: “Los grandes incendios de bosques primarios, el uso de agrotóxicos que envenenan la tierra, contaminan acuíferos, destruyen biodiversidad y desembocan en graves problemas de salud son algunos crímenes contra la naturaleza”.

Finalmente, Mompó fue determinante a la hora de explicar porqué suceden estos delitos: “necesitamos una ley porque no existe una que proteja el planeta y lo que no está prohibido está permitido”. Y recordó: “Polly Higgins se encontró al director del Banco de Inglaterra, y le cuestionó diciendo que cómo era posible que siguieran financiando la destrucción del planeta, a lo que este señor le contestó, porque no es ilegal”.

Seguidamente, el jurista Baltasar Garzón ahondó: “Hablar de ecocidio no es algo nuevo. Hay muchos y grandes intereses en juego porque lo que supone esta definición afectaría a muchos intereses económicos, corporativos y de los Estados. Por eso, y no por otra razón, no se ha conseguido definir el crimen de ecocidio como crimen internacional”. Durante su exposición, Garzón advirtió: “Nadie serio podría discutir que hay más bases de intereses económicos en las comisiones de diferentes genocidios que cuestiones identitarias como en otro tiempo aconteció. Es duro reconocerlo, pero es tiempo de hacerlo. Hay que quitarse las máscaras que institucionalmente existen en los países y a nivel internacional para llamar a las cosas por su nombre. Y si no podemos, al menos, erradicar esa ferocidad capitalista de devorar todo lo que sirva o valga para obtener mayor beneficio, por lo menos, establecer los contrapesos necesarios para paliar esos efectos cuando el objetivo es el medio ambiente, pero, en definitiva, redunda en un perjuicio directo respecto de personas y comunidades”.

Sobre la temática del debate, el jurista enfatizó: “Los agrotóxicos y glifosatos cuentan con amplia literatura que advierte que su utilización, en las campañas de fumigación o sustitución de cultivos, ha supuesto una pérdida de vidas humanas, ataques gravísimos a la integridad de las personas con contaminaciones masivas lo que termina generando una letalidad mayor que cualquiera de las guerras”.

Concluyendo y con fuerte referencia jurídica a los desafíos que tiene la tipificación del ecocidio, finalizó: Es hora de la normativización del crimen de ecocidio a nivel internacional. Tenemos que ir más allá, y establecer una normativa conjunta como ocurrió con los crímenes de guerra en el 49, o con los crímenes de lesa humanidad iniciado el siglo XXI, o con la desaparición forzada de personas. Todas aquellas agresiones masivas contra la comunidad y las víctimas universales, paradójicamente, tienen como base a estas agresiones que no se quieren reconocer. Si así se hiciera incidiría directamente en muchas de las causas que haría que esos crímenes de genocidio, lesa humanidad, de guerra disminuyeran sustancialmente. Hay que diseñar los mecanismos y para ello necesitamos voluntad política”.

Leer más